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La línea púrpura
No quiero que me metan mano. Me gustaría parir en casa pero mi condición de hipocondríaca me lo impide. ¿y si pasa algo? Mi imaginación calenturienta no da tregua así que prefiero la «tranquilidad» del hospital para parir. Conclusión: me voy a cagarentóloquesemenea cuando en el paritorio los de la bata verde empiecen a orquestar…