A las 25 semanas de embrazo,  la actividad en el organismo de mi pequeñaja en busca de nombre más bonito del mundo, es increible. A partir de estos momentos, los futuros bebés crecerán a la semana una media de un centímetro  y su peso aumentará unos 150 gramos como máximo.

Midiendo de la cabeza hasta los pies, mi bichejo alcanza los 34 cm y pesa sobre los 700 gr. Cada día se parece más al recién nacido que nacerá en unas semanas, su cuerpo se encuentra más gordito, en vez de delgado y largo, aunque como se aprecia en el vídeo de Clarisa (arriba), la bebé prematura de 26 semanas todavía necesita rellenarse bastante (fijaos en los peúcos, qué penita). A medida que vaya engordando, la piel de los bebés tendrá menos arrugas. Su cabello ya tiene color y textura, aunque una vez que haya nacido, podría cambiar.

Los futuros bebés abren y cierran los ojos, el proceso del pestañeo continúa desarrollándose durante las semanas del embarazo, pero su visión sigue siendo nula, sólo percibe la luz. También realizan otros movimientos, bosteza, sonríe, saca la lengua… son movimientos relacionados con la especialización y la gestión realizada por el sistema límbico (emociones). Otro órgano que se ha desarrollado significativamente es la piel, ahora es suficientemente gruesa y no permite ver a través de ella tal y como ocurría en semanas anteriores, ahora su color es una mezcla de rojo y rosa, y todavía es bastante delicada. Además sus pequeños dientes se están ubicando debajo de las encías.

El sentido del tacto continúa desarrollándose, las manos están prácticamente bien definidas y formadas, sin embargo, las terminaciones nerviosas todavía no han completado su formación. Poco a poco el cerebro de los bebés se especializa en la gestión de respuestas ante la percepción de diferentes estímulos recogidos por sus sentidos. En esta semana exploran su entorno a través del sentido del tacto .

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