Aprovechando que mi médico de la Seguridad Social estaba de vacaciones, acosé al sustituto, un cubano chocolateado apetitosamente jovencito. El muy pobre no sabía que yo era hipocondriaca y contestó a todas y cada una de mis preguntas y desvaríos con una paciencia infinita. El doctor Rosales, mi médico de cabecera ahora ausente, me conoce como si me hubiera parido así que, cuando me da un diagnóstico anula toda oportunidad de feedback por mi parte ofreciéndome un monólogo breve, amable y tranquilizador para bloquear mi mente y sellar mi boca mientras me abre la puerta de la consulta. Me hace sentir como una desequilibrada pero tengo que reconocer que su estrategia para combatir mi hipocondria es efectiva y yo me voy súper tranquila.
Cuando entré en la consulta y comprobé que Pepe, el sustituto, era más que mono, incluso me entraron ganas de bailarle un reggeton con esta gracia innata de dios (no) me ha dado. Pero de pronto, todos mis miedos consiguieron que cualquier frivolidad surrealista pasara a segundo término y comencé otra vez a ponerme nerviosa. Le conté al doctor Pepe que estaba embarazada de siete semanas y acto seguido empecé a disparar preguntas como una ametralladora: Preclampsia, hipertensión, hemorragias, quistes ováricos, embarazo extrauterino, diabetes gestacional, placenta previa, micro aborto y lindas complicaciones varias.
He desarrollado una memoria portentosa a la par que enfermiza para recordar todo lo referente a las patologías, los diagnósticos y las explicaciones de los de la bata blanca, así que a continuación me voy a permitir el lujazo de describir paso por paso todo lo que me comentó este encanto de hombre espécimen único en su gremio: con la ya mencionada paciencia infinita, me tomó la tensión (11/6), contestó una por una a todas mis preguntas y después intentó encaminar sus esfuerzos a evaluar mi historial y salud global con la finalidad de, según dijo, identificar cualquier factor de riesgo para mi embarazo. Me preguntó la fecha de mi última regla y estimó que la fecha probable de parto sería el 18 de junio. Después determinó la edad gestacional del embrión: tal y como yo calculé, estaba en la séptima semana de embarazo. Me pidió una analítica completa general (con petición de grupo sanguíneo y Rh y prueba de embarazo incluida) y lo que me puso de los nervios es que además solicitó lo que ellos denominan serologías de rutina, destinadas a detectar la existencia de algunas enfermedades infecciosas que podrían afectar al embarazo: Toxoplasmosis, Rubéola, Hepatitis, Sífilis y el SIDA. Aaaaaayyyyy!!!! Ahí es donde MEDEFEQUÉPORLAPATAABAJO!!!!
Pepe, me extendió el volante para que solicitara cita con el ginecólogo mientras me explicaba que me realizarán una Ecografía entre la 11 y 14 semanas de gestación, en la que se confirma el embarazo y también la llamada edad gestacional. Y entre la semana 14 y la 17 me harán otro análisis de sangre para hacer la prueba del Triple Screening, que calcula la probabilidad de riesgo de que exista alguna anomalía cromosómica como el Síndrome de Down o un defecto en la formación de la columna que se llama Espina Bífida. Qué mal rollo todo.
Mi pesadilla secreta se está haciendo realidad: orgía de médicos, analíticas y hospitales. Pasado mañana analítica, el día 11 otra vez con Pepe para recoger resultados de analítica y el 12 tengo la primera cita con el ginecólogo… y esto sólo es el preludio. Me esperan 7 meses más con la espada de Damocles sobre mi cabeza.
Definitivamente, el colmo de una hipocondríaca es quedarse embarazada.
5 respuestas a “embarazada hipocondriaca en la consulta del médico de cabecera”
Hola Carmen,
yo todavía no he «pasado» todas tus enfermedades, pero estoy en ello (todo se andará).
«habrá que ponerlo en la punta» significa que tendremos que pasar los nueve meses de embarazo sea como sea porque esto ya no tiene marcha atrás. Así que, por muchas enfermedades que nos vayan saliendo y por muchos síntomas raros que tengamos (si todo va bien), en junio tendremos a nuestro bebé.
Pues «habrá que ponerlo en la punta» Valentina!!
Venga, a tirar pa’lante!!
Besazos, sigue contándome, plis!
Hola Carmen, ya nos hemos saludado en el foro del mes de junio. Como estaba un poco aburrida, he empezado a comerme la cabeza inventando síntomas y fatalidades (supongo que sabes de lo que hablo) sobre mi embarazo, que ya iré contando más adelante.
Pues resulta que, al igual que tu, yo también me declaro hipocondríaca, y como bien dices, lo único que me faltaba era quedarme embarazada. La cuestión es que yo lo he heredado de mi madre que tiene un TOC y su frase favorita es «todo es malo» y yo creo que voy por el mismo camino que ella. Si estoy mareada, malo, si me siento bien pienso que eso es porque algo va mal. No vivo hasta que voy a la siguiente eco y salgo supertranquila, pero al día siguiente ya empiezo con síntomas de infección, dolores raros, y todo lo que se me va ocurriendo. Conclusión, así no hay quien viva, no se disfruta de nada y siempre esperas que pueda pasar algo malo. Lo último que quisiera es transmitirle a mi bebe este miedo infundado a todo. En fin, sea como sea, como dicen en mi pueblo, «habrá que ponerlo en la punta».
Saluditos!!!
Hola Valentina!!
Ya sabrás, por lo que habrás leído en el blog, que te comprendo perfectamente. Es una sensación tan absurda e irracional que sólo las personas que somos hipocondriacas sabemos realmente lo que se sufre. Yo ya he «sufrido» de esclerosis múltiple, cáncer de colon, cancer de pulmón, SIDA, piorrea, leucemia, parkinson, meningitis, tuberculosis y tres tipos distintos de cardiopatías… así que soy completamente consciente de que estoy en camino de sufrir un TOC (si no lo tengo ya). Desde hace una hora no puedo quitarme de la cabeza la prueba del triple screening… pues fíjate si estaré trastornada que ya estoy pensando a qué cole de sindrome de Down llevaría al bebe cuando fuera mayor y porqué narices tengo un tumor sin descubrir (que por supuesto me verán en la primera ecografía). Mi proceso mental escapa a toda lógica y lo sé así que sólo me queda reirme de mi misma y transmitirle al mundo, via blog, lo ridícula que puedo llegar a ser.
Por cierto ¿qué significa exactamente “habrá que ponerlo en la punta”?
Besitos y mucha fuerza.
como las entiendo. es tan feo, yo también tiemblo antes de cada análisis y después siempre está todo bien (hasta ahora). Ayer echaron insecticida al lado mío y estoy dele buscar los efectos que eso pueda tener en el bebé. Me sumo a tu frase «Definitivamente, el colmo de una hipocondríaca es quedarse embarazada»