Otro día de locos. Sólo dos minutos para dar el parte médico: Malena sigue ñoñísima y tontorrona pero ya no tiene fiebre y su nariz ha dejado de ser una fuente para convertirse en una pequeña fábrica de blandibup amarillo y viscoso. Todavía sufre el síndrome pegatina y no consigo desprenderme de ella (sospecho que se ha quedado pegada a mi para siempre) pero pro lo menos ha remitido la fiebre y empiezo a pensar que, efectivamente, la causa de mis desdichas era un mediocre constipado de nariz.
Ahora que empezaba a ver la luz y para rizar más el rizo, acabo de recordar algo que no había contado. Hace un par de semanas le conté a mi madre mi idea de reunir a toda la familia para hacer una pequeña party-presentación-oficial de Malena para que por fin cesara el peregrinaje de visitas sorpresa. Mi progenitora captó la idea y me propuso hacer una comida familiar en su casa para evitar que se llenase la mía de gente. Yo acepté encantada. Bueno, hasta aquí todo perfecto. El tema conflictivo empieza en este momento, cuando mi hermana Alba acaba de llamarme para confirmar la visita de otros cinco invitados más ¿qué trascendencia tiene esto? pues que menda, en un arranque de farruconería se comprometió a hacer ella el primer plato: crema de marisco para 44 comensales, este domingo. Ahí es ná.
Sin comentarios. Sé que va a ser misión imposible pero tengo que intentarlo: esta tarde toca pescadería y Carrefour, mañana confinamiento obligatorio en la cocina y pasado comidita familiar multitudinaria. Todo esto con un pequeño bichejo lloroso y mocoso reclamando teta cada treinta segundos, aunque, si quiero ser fiel a la verdad, tengo que decir que Caro viene a socorrerme mañana para ejercer de padre de la criatura.
Al final va a ser que dios existe.
6 respuestas a “valium en vena (III)”
Te llevo leyendo desde hace tiempo, me encanta tu página y como escribes. Quería enviarte un abrazo, darte la enhorabuena por Malena y desearte mucha paciencia este fin de semana, seguro que la crema de marisco te sale riquísima y dale un beso a Caro, tenéis mucha suerte de teneros la una a la otra.
¡Ah! Se me olvidaba, me alegro de que Malena esté mejor, se me suelen pasar estas cosas porque yo soy todo lo contrario a ti, ni me acuerdo de las enfermedades aunque haya síntomas así que de vez en cuando me llevo una sorpresa desagradable.
gracias Jauja, sigue escribiendo! He recibido tu abrazo ¡tendré paciencia, lo prometo!
besaco!
Claro que existe, jajajajaja!!! 🙂
Me alegro de que la gordi vaya mejorando…
Por Dios, 44 comensales??? Pero eso es una familia o una saga completa????? qué barbaridad!!!!
Carmen, compra la crema de marisco ya preparada, jejejeje…. si no acabarás desquiciada!
Besoss
Malena está mucho mejor, ha sido algo leve, los bichos parece que se han marchado de pronto y sólo queda el blandibup amarillo. Creo que ya pasó.
Tiempos te recuerdo que la mia es una saga del opus. Y eso que han fallado muuuchos que, por desgracia, más tarde o más temprano seguro que aparecen en mi casa. No puedo comprar la crema preparada, la mía es insuperable y lo notarían 😉
beso gordo y gracias por tus consejos de mami experimentada. Eres grande!
desde luego ya tienes ganas de meterte en líos… 44 personas nada menos!!! Animo guapa, y que no te salga muy rica la comida no sea que tus 44 invitados quieran repetir una vez al año para celebrar el cumple de Malena! Besis!
Mi crema de marisco es legendaria!!!. Ay ay ay qué pereza me da todo!!!
besazo