El sábado me lancé por fin y entré a Imaginarium por primera vez desde que me quedé embarazada. Mis incursiones al mundo de los accesorios para bebés habían sido hasta entonces, casi casi virtuales, por alguna extraña razón me producía mucho respeto entrar en una tienda de puericultura. Como en una nebulosa, podía verme a mi misma con cara de poseída mirando ansiosa absolutamente todos los productos. En todo momento sentí una sensación extraña de irrealidad, imaginándome qué sonajero le gustaría más a Malena o con qué babero estaría más guapa. Cuando estaba en el climax del babeo, de pronto, un latigazo sacudió mi glúteo izquierdo e hizo que doblara espasmódicamente las rodillas repetidas veces inclinándome hacia adelante como chiquito de la calzada. A los dos segundos desapareció pero en cuanto di tres pasos más, ahí estaba de nuevo. Era mi amiga la ciática, vino a recordarme que no se había olvidado de mi. Y por lo que leído, su fidelidad es absoluta así que sospecho que ya no va abandonarme hasta que me ponga de parto.
Afortunadamente, hoy estoy mucho mejor que ayer. El descanso y el calor han calmado el dolor y aunque doy pasitos de anciana octogenaria, por lo menos puedo andar y la situación es soportable.
Parece que más del 30% de las embarazadas padecen ciática a lo largo de su embarazo. El nervio ciático, es el más largo y ancho del cuerpo. Comienza en la columna vertebral y termina en el pie. Su gran tamaño hace al nervio ciático muy vulnerable a la presión, provocando dolor.
Generalmente esta dolencia se debe a que la musculatura de la espalda se sobrecarga y se contractura. La compresión de algunas de las raíces del nervio ciático, cuando estas salen de la columna vertebral, debido a la presión que ejerce el feto en continuo crecimiento, es otra de las causas más comunes. El nervio ciático es un nervio especialmente vulnerable a la presión. Por eso la sobrecarga de peso que se produce durante el embarazo ocasiona dolor en el nervio. A medida que el útero crece, los nervios espinales que alimentan el nervio ciático en la parte baja de la espalda se comprimen e irritan. La relajación de los músculos abdominales, la falta de potencia de los glúteos, el aumento de peso y el sedentarismo colaboran a que esto ocurra.
Las hormonas también son responsables de que aparezca ciática en el embarazo: durante la gestación el organismo de la mujer segrega una hormona llamada relaxina, que ayuda a reblandecer la zona de la pubis y la matriz para facilitar la salida del bebé a través del canal de parto. Esta distensión de los músculos de la zona relaja los ligamentos provocando dolor.
A medida que el útero crece más, el centro de gravedad del cuerpo cambia de lugar. Algunas veces, a medida que el útero se expande dentro de la pelvis, los nervios espinales en las regiones lumbar y sacra de la columna (parte baja de la espalda) que alimentan el nervio ciático se comprimen e irritan. Esta es otra causa de dolor de espalda y ciática.
Cómo combatir la ciática:
– Ser conscientes de las causas que pueden producirla: aumento de peso, relajación de los músculos abdominales, falta de tonicidad en los glúteos, el efecto de las hormonas que favorecen la relajación para facilitar el parto o falta de ejercicio físico.
– Adoptar buenas posturas: mantener la espalda erguida, reposar la espalda en un cojín y estirar las piernas al sentarnos, no permanecer demasiado tiempo en la misma postura, usar unos zapatos cómodos con un tacón adecuado (ni muy planos ni muy altos).
– Levantarse a caminar a menudo si se trabaja sentada y no permanecer de pie parada durante mucho tiempo. Elige una silla adecuada que se ajuste a tu espalda y tenga posibilidad de apoyar la zona lumbar y los pies.
– Descansar bien y dormir cómodamente, preferiblemente del lado izquierdo y con un cojín entre las rodillas y otro bajo la barriga.
– No realizar movimientos bruscos, ni torsiones ni esfuerzos.
– No engordar más de lo recomendado
– Evitar levantar peso o hacerlo siempre procurando doblar las rodillas y manteniendo la espalda recta.
Aplicar calor en la zona, especialmente calor seco.
– Practicar yoga prenatal o recibir masajes prenatales que ayudan a aliviar el dolor y la tensión
– Hablar con el médico por si cree recomendable algún medicamento o vitaminas del grupo B.
4 respuestas a “mi amiga la ciática II”
Cuidate wapa,
una cosa son las molestias y otra cosa aguantar dolores.
Ve al médico.
Besitos
Y pide la baja si hace falta!
Por cierto, sabemos si te renuevan en el curro?
Besos
Carmen; no te aguantes la ciática hasta el parto! acude a un osteópata, por experiencia, ayuda un montón.
Gracias Salamandra, me voy encontrando mejor poco a poco… si en un par de días me sigue doliendo, iré al osteópata