Llevaba una semana totalmente paranoica y ayer ya no pude evitarlo: ante una inminente crisis hipocondríaca, recurrí a internet una vez más: cada vez siento una sensación de ahogo más angustiosa en mi día a día, al subir las escaleras, andar hasta el coche, después de comer o simplemente al hablar. Me falta el aliento, empiezo a pensar que me asfixio, llego a casa acongojada y me tumbo en la cama para relajarme pero lo único que consigo es ponerme más nerviosa porque pienso que no se me va a pasar y entonces sólo consigo incrementar la ansiedad y consecuentemente intensificar esa horrible sensación de falta de oxígeno.
Por lo que he leído, a partir de la segunda mitad del embarazo es normal sentir sensación de ahogo o pérdida de aire ante un esfuerzo leve. Esto es debido a que el útero al estar aumentado de tamaño, empuja hacia arriba la masa abdominal, haciendo que los pulmones tengan menor capacidad de expansión.
Durante el embarazo las preñadas necesitamos más oxígeno y el cuerpo se adapta para satisfacer esta necesidad de diversas maneras. El aumento en la cantidad de hormonas, especialmente la progesterona, afecta de manera directa los pulmones y estimula el centro respiratorio en el cerebro. Y si bien el número de respiraciones que realizas por minuto cambia muy poco durante el embarazo, la cantidad de aire que inspiras con cada respiración aumenta de manera significativa.
Copio literalmente de Babysitio esta explicación, me ha parecido estupenda y muy facilita de entender: “El aparato respiratorio en particular, experimenta modificaciones funcionales que dan origen a ciertos síntomas muchas veces desagradables, aún en mujeres perfectamente sanas. El crecimiento del útero determina una elevación del diafragma (membrana fibroelástica que separa el tórax del abdomen) y en consecuencia la capacidad de aire total del pulmón disminuye. Como mecanismo de compensación y para mantener una correcta oxigenación de la mamá y su bebé, el organismo incrementa el volumen de aire que moviliza corrientemente y para hacerlo debe incrementar la frecuencia respiratoria y el volumen de aire movilizado. Si la frecuencia de la respiración aumenta esto, se traduce por una sensación de «agitación». En general respiramos en forma automática, pero cuando la frecuencia se incrementa, la misma se vuelve consciente y esto se manifiesta como la sensación de «falta de aire»”.
De cualquier manera, estos ahogos desaparecerán al final del embarazo cuando el bichejo haya bajado para alojarse en la pelvis.
Remedios para la falta de aire o sensación de ahogo:
– Dormir en decúbito lateral izquierdo con la cabeza más elevada que los pies.
Incrementar la ingesta de hierro, la anemia puede incrementar estos síntomas.
– Realiza inspiraciones y expiraciones forzadas al menos 10 veces. Cuidado con la hiperventilación.
– Buena ventilación en casa.
– Utilizar humidificador.
– Paseos largos en plena naturaleza
– Comidas frugales
– y por supuesto, no fumar
+ info: Babysitio
Sigo sin hablar con Jota.
10 respuestas a “me falta el aire”
Si tienes la decisión tomada, arranca, luego te sentirás mejor.
Tú y tu nena mereceís tener gente alrededor que se curre el estar con vosotras.
Respira hondo y adelante
ya ves que el hierro también influye!
yo también noto falta de oxígeno y cuando voy «algo más rápido» a coger el bus me cuesta llegar respirando!
Lo de J… te iba a traer unas citas de tus entradas anteriores (desde que le dijiste que estabas embarazada hasta ahora) pero no creo que sea necesario. Releete o mejor copia-pega todas juntas tus entradas en el blog referentes a J, creo que verás lo que quiero decirte…
un abrazo grande guapa y muchas fuerzas!
No sé si me apetece demasiado leerlo, Amparo. Como diría Aida, no tengo el chichi pa farolillos…
prometo que cuando coja fuerzas lo hago. Sé que me voy a sentir imbécil.
Un besaco
Tu falta de aire fisiológica se ha unido a un ahogo psicológico del tamaño del everest.
Debes liberar tu mente, y aunque sigas notando ese ahogo, no te sentiras tan presionada.
Da el paso. Ya sabes lo que tienes que hacer, pero el miedo es mal compañero de decisiones.
Besos
No es miedo, Stella, es… no sé… es miedo.
¿Y a qué esperas para hablar con él?
A tener fuerzas. Necesito estar segura. En cuanto hable con él lo voy a dejar. Pero necesito estar muy segura.
Te entiendo, es una decisión complicada. Muchó ánimo y mucha fuerza.
yo también me ahogo… encima la gente hace chistes buenísimos del tipo que estoy gordita y me ponga a régimen… ju-ju-ju
La decisión está tomada por lo que veo, ánimo! haces bien en no precipitarte, mejor te lo piensas que recular luego.
Un abrazote
Exactamente, recular ni para tomar impulso
gracias guapa