48 horas sin fumar. Estoy que me subo por las paredes. Mi vida está dando una vuelta de campana y se supone que yo debo mantener el equilibrio…

¡Ja!

¿Equilibrio? que se lo digan a mi gonadotropina: creo que estoy sufriendo de nuevo un subidón de hormonas importante. Yo, que siempre me he comido el mundo a sonrisas, me siento pusilánime, melancólica, malhumorada y borrica. Soy consciente de que he perdido completamente el norte junto con el control de mis impulsos pero el problema principal es que esta sobredosis de hipersensibilidad ha conseguido agotar mi paciencia para soportarme a mi misma. Me caigo fatal. No me aguanto. No puedo con mi yo.

Parece ser que la orgía de emociones de la embarazada está originada en los cambios hormonales que afectan al nivel de los neurotransmisores (los mensajeros químicos del cerebro) que contribuyen a crear el estado de ánimo y pueden generar ocasionalmente estados depresivos o sentimientos contradictorios. En la mayoría de los casos, los cambios de humor surgen entre la sexta y la décima semana, disminuyen hacia el segundo trimestre y reaparecen al acercarse el fin de la gestación. Existen estudios que confirman la relación entre la intensidad del síndrome premenstrual y los cambios emocionales en la embarazada: por lo visto, las mujeres que cada mes sufren de irritabilidad, ansiedad, melancolía y mal humor unos días antes de la menstruación son propensas a sufrir más variaciones anímicas cuando están embarazadas.

Después de leer un poquito sobre el tema, parece que no hay mucho que se pueda hacer pero he conseguido llegar a seis conclusiones determinantes  para poder sobrevivir a esta montaña rusa emocional:

1- Identificar las fuentes de estrés en tu vida y evitar, suprimir o cambiar las que se pueda.

2- Hacer ejercicio para ayudar a tu cuerpo a crear la dopamina, serotonina y endorfinas que contribuyen a equilibrar los cambios de humor.

3- Quererte más: dedicar un esfuerzo consciente y constante a cuidar de ti misma puede ayudarte a calmar las turbulencias de estos meses tan intensos.

4- Ignorar los “impulsos”: el embarazo no es el momento de tomar decisiones drásticas.

5- Comer a menudo: el bajo nivel de azúcar en la sangre puede agravar el malhumor.

6- Sé amable: no te enfades contigo misma por sufrir estos cambios: permítete tener estos sentimientos y emociones contradictorias, no te castigues.

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