28 semanas de embarazo y 9 kilos engordados. Parecen muchos pero estoy satisfecha, desde que controlo un poco lo que como, sólo he engordado un kilo así que prueba superada: hace dos meses que no tengo los ataques descontrolados de bulimia sufridos al principio del embarazo. Literalmente, me cebaba como una pequeña morsa.

En la semana 28 del embarazo finalizamos el segundo trimestre de gestación y en la mayoría de los casos, los bebés son capaces de sobrevivir en el exterior ante la inminencia de un parto prematuro.  En esta semana mi niña sin nombre supera los 1.000 gramos de peso,  mide aproximadamente 38 centímetros y reconoce mi voz más que ninguna otra. Su corazón late a unos 140 pulsaciones por minuto y sus períodos de vigilia se dilatan mucho más en el tiempo: sueño y vigilia comprenden ciclos de unos 30 minutos aproximadamente.

En esta etapa el cerebro de los bebés se asemeja mucho al de un cerebro adulto, su corteza cerebral se ha desarrollado hasta tal punto que puede empezar a albergar el conocimiento de un recién nacido, su percepción es mucho mayor y su sistema nervioso es también prácticamente similar al de un neonato.

A medida que desaparece el lanugo, se va creando una capa de grasa bajo la epidermis del feto y de esta manera,  su aspecto será mucho más parecido al de un recién nacido y ya no se mostrará tan delgado como hasta ahora. Los pulmones están muy desarrollados pero el surfactante (sustancia responsable de evitar el colapso pulmonar) no ha terminado de cubrir los alvéolos. Se siguen realizando los movimientos similares a los de la respiración realizados por los músculos pectorales, los pulmones y el diafragma, deberán pasar algunas semanas hasta que se complete la maduración pulmonar.