Ayer cumplí la séptima semana de embarazo. Sigo con el ptialismo y además me duele la cabeza. Aparte de arrastrarme por el mundo con la tensión por el subsuelo, no sé qué voy a hacer sin café durante los próximos 7 meses y medio que me quedan porque es oler el tufo asqueroso transformado por mis hormonazas y el estómago se me da la vuelta. Me ha llamado por teléfono Jota para hablar. Le he dicho que no tenía ganas, que lo intentase mejor dentro un par de años.
Me había propuesto firmemente reducir las incursiones virtuales en busca de información ya que sólo contribuyen a empeorar mis crisis hipocondríacas. Pero en este caso, tenía una curiosidad enorme por saber cómo sigue desarrollándose el embrión. Me he quedado alucinada, copio esta foto para que se aprecie que en la séptima semana de embarazo, el embrión mide alrededor de 8 milímetros y la vesícula gestacional 3 centímetros. Tiene aspecto de caballito de mar aunque la cola tiende a desaparecer y es un ser con forma pseudo humana. Los órganos esenciales como el corazón (con sus dos cámaras), los intestinos (de los que se origina el cordón umbilical) los pulmones (todavía con un bronquio primario), el cerebro (dos hemisferios cerebrales formados)
En esta 7º semana se empiezan a formar las fosas nasales, la lengua y el paladar. Los ojos se siguen desplazando desde los laterales hacia la parte frontal de la cara y empiezan a formarse los párpados. He leído que la configuración de las extremidades ya se inició en la sexta semana del embarazo, prosigue ahora en esta séptima semana y ¡pueden apreciarse los dedos de los pies!