Por razones obvias, he cancelado mi viaje a Londres con Jota. Bye a mi puente de Halloween planificado desde agosto. Se van con él cinco o seis ilusiones que debería olvidar y 1000 euracos en concepto de reserva que todavía me están doliendo.

Pero lo que de verdad me duele es que Jota ni siquiera ha hecho el intento de reconstruir nuestros planes. Él sigue su vida, sin insistencias, sin estrés, sin complicaciones. Sólo puedo calificar de triste el hecho de que ni siquiera haya hecho el intento de venir a verme. Ahora sí que se acabó.

Madrid está increíble, hoy por primera vez las hojas de los árboles caen y lo hacen todas al mismo tiempo. El viento se las lleva a borbotones, volando en bandadas y los árboles de Arturo Soria se van quedando calvos por momentos. Me fascina el otoño. El próximo, no estaré sola.

Copio aquí el comentario de Tnarik, autor de la foto que encabeza el post. Me encantó:

“Porque sí, porque puedo, porque me apetece, porque este otoño creo que aún no me había pateado las calles por la noche.
y porque iba dando saltitos al caminar”

Y yo creo que necesito dar un paseo